miércoles, noviembre 10, 2004

es puerta.

viviamos de estar ahi cecil y yo. si no fuera por las cosas de todos los dias como levantarse y seguir la rutina usual nos habriamos roto. habia como una densidad que hacia que todo cayera en su lugar, y como siempre, cecil y yo complices mudos. saliamos todas las rotas mañanas de los dias a tomar el bus con esa actitud de me gusta el olor de la mañana y floto en su aire fino finisimo pero sigo los pasos estrictos de la coreografia. esperabamos el bus en una de las avenidas que tenia una fecha por nombre, algo asi como el numero de un mes. siempre quise hacer algo en el dia que nombraba esa avenida. ir a recorrerla o algo asi, pero nada. nada pasaba. que iba a pasar.
a diario S. estaba alli con su hocico alargado y mirada ansiosa. a diario S. te observaba de pies a cabeza y hacia algun comentario. S. era como el brazo levantado listo a lanzar una piedra, todo el tiempo. cecil siempre decia:
"no le des atencion, asi lo validas. no vale la pena." pero S. siempre estaba alli hablando de su vida ejemplar y de tus acciones siempre menores. S. habia sido el primero en meterle el dedo a su novia y tu no tenias novia, no, peor, esas manchas en el pantalon eran el semen triste y desesperado que habias derramado esta mañana por no tener novia. para S. todas las manchas eran semen y siempre estallaba de risa señalandolas. las gotas de jugo de mora en la camisa blanca. la crema dental en el pantalon. la mancha de desodorante en las axilas. agua en los botones. sudor en la espalda. S. era la hiena pervertida de la higiene. se reia como un animal salvaje y patetico. y la risa te daba escalofrios. yo hacia lo posible por evitarla pero S. aparecia en todas partes. cecil conservaba la calma cada que S. reia de sus propias bromas.
"esta buscando que lo apruebes. se va a morir sin tu atencion. porque no lo matas de una vez?" pero yo no tenia el corazon ni el coraje. un dia S. se sento a mi lado en el bus. era una de esas mañanas que olian a gasolina con neblina venida de las montañas. y S. que empieza a aconsejarme. me habia observado con todo cuidado y decia que los dibujos en mis cuadernos no me iban a llevar a ninguna parte. que dejara de rayar y mirar con mis ojos de raton desorientado que me buscara un trabajo que la vida era mejor con mas mas mas dinero y que su padre le pegaba con un cable coaxial para televisores y eso lo habia hecho mas fuerte y mas listo.
"tenes que aprender a pegarte con el cable coaxial del mundo. pero tu mismo, sin intervencion de nadie mas" decia S.
"entonces. porque me estas diciendo esto, no es como si tu me estuvieras echando una mano con lo del cable?" le decia, entonces S. desviaba la mirada hacia la ventana con un gesto dramatico de lo mas cursi que seguramente habia aprendido viendo telenovelas a escondidas. luego decia:
"es que tenes que aprender a practicar en los demas." yo me quedaba pensando y S. me parecia de lo mas triste pero nunca deje de odiarlo. solo empece a mirarlo mas y con otros ojos. por momentos llegue a considerar lo que decia. sentadote alli como si tuviera la boca llena. miraba hacia el corredor del bus y me parecia que habia alguna forma de felicidad en todos esos uniformes y silencios y cortes de pelo obligados. como una pasividad tranquila.
"pero no tienes suficiente con todo esto que nos rodea? no tienes suficiente con estar aqui? ya es bastante cable para mi gusto" le decia yo y el con su mirada de fotonovela.
"no. nunca es suficiente." sus palabras resonaban con la fuerza del cable coaxial que nos estrangulaba a todos con las manos del instituto y el bus con su marcha lenta. parando aqui y alla a recoger a los demas en uniforme.

cuando estas en el instituto no parece haber nada mas alla. Todo aquello que no pertenece cae en una categoria fantasmal. como el fondo ruidoso de una fotografia. S. hacia parte intima del instituto. a ratos S. se confundia con la naturaleza restrictiva de los corredores o con la manera en que los asientos del bus obligaban una postura ligeramente sumisa. S. queria jugar el juego atractivo de la rebeldia juvenil con toda su sexualidad de macho nuevo y con ganas de poder en todas las escalas. en la espera del bus y en el asiento y en las clases y en los corredores y en la manera en que caminaba por ahi:
"Ellos son todos unos estupidos" decia. y lo decia en voz alta y al lado de todo el que estuviera conversando. lo decia delante de Ellos. y en las duchas. pero S. hacia que la baba de Ellos fuera aun mas densa con cada uno de sus gestos. parecia una complicidad accidental y a lo mejor era una complicidad accidental. cecil decia:
"S. quiere ser la verdad. tu sabes, la quiere encarnar. quiere el poder que viene de hacerlo. eso lo hace perfectamente apto para convertirse en uno de Ellos. o mejor, en una de sus puertas." y yo le decia:
"cecil. pero que decis. si estamos aca eso nos hace perfectamente aptos para convertirnos en uno de ellos. si ya no lo somos."
"pero en S. lo podes palpar. es algo que se respira con su presencia."
"a lo mejor el ya esta mas convertido que cualquiera de nosotros. o esta en uno de esos momentos en que la transformacion pasa por su etapa mas dificil."
"yo lo he visto cerca de las puertas. y hay dias en que las cierra y se para al lado de ellas para que nadie las pueda abrir."
"y crees que eso significa..."
"definitivamente."
"y crees que por eso va y viene?"
"a lo mejor. no se pueden hacer proyecciones a la ligera. a veces esas cosas estan en los detalles mas minimos y a veces estan a la vista de todos". cecil habia desarrollado un agudo ojo para detectarlo. cecil observaba. que era algo que no podias decir de todos los demas. y lo hacia de una manera tan insconspicua. era como una brisa o una de esas tardes con sombras largas y calidas en que Todo esta Bien.
en verdad S. parecia una de esas puertas de metal con pintura roja anticorrosiva que dan a un patio diminuto y abandonado. S. estaba lleno de palabras pesadas y animos solemnes revueltos con risas de animal intoxicado. su comida favorita era el pan blanco sin tostar con mortadela y mantequilla barata. S. comia tanta mortadela que a veces apestaba a marrano licuado debajo de sus lociones traidas del extranjero. pero nadie lo podia convencer y nadie se burlaba de su olor un poco por tedio un poco por miedo y un poco porque S. no dudaba en amenazarte con una golpiza si ponias en duda el olor a mortadela que venia de la fabrica de su padre. S. era como una puerta siempre cerrada o una que solo se abria a espacios pequeños.
"que hay?" decia y te daba un puño en el brazo. era su manera de inscribir el dolor como parte del saludo. asi establecia que su cuerpo era duro y el tuyo no. "hoy hay una fiesta. ustedes no van a fiestas cierto? claro como son unas mariquitas. porque no vienen esta noche y se hacen hombres. a ver si consiguen novia. yo les ayudo. solo van a tener que sangrar un poco."
cecil decia no gracias y yo me quedaba entre curioso en intimidado. tengo miedo de ir mas alla, pensaba. y S. decia que era algo que Iba a tener que hacer y que mientras mas rapido lo hiciera mejor para mi. cecil era mas sensato:
"no le escuches. todo llega a su tiempo." cecil parecia tener el tiempo de su parte.
"pero, cecil, a lo mejor solo por una vez puedo llegar mas alla."
"solo te va a traer mas aca si sigues sus impulsos."
cecil y yo estabamos discutiendo la mecanica de las puertas.
"si yo pudiera ir a cualquier parte y experimentar con cualquier cosa podria salirme del instituto." le dije a cecil con tono heroico. "si yo pudiera ir a donde nunca he ido puedo hacer de la puerta un pasaje".
cecil me miraba sin sorpresa.
"las puertas no estan ahi para ser pasajes. las puertas son puertas y ya. son lugares muertos entre habitaciones. ellas por su cuenta no abren ni cierran. si ves una puerta sola sin marco y sin estancias que conectar no es nada mas que el recuerdo de algo cerrado porque esta siempre cerrada en si misma. S. es ese tipo de puerta."
no me importaba defender a S. pero queria defenderme de S. el era una figura que me intimidaba y si hubiera podido escoger habria preferido que desapareciera. pero en ocasiones pensaba que S. era como una cruda via de escape. de algun modo el parecia tener algo resuelto y por resolver.
un dia pase todas las clases de la mañana observando la puerta del salon. aquellos que estaban sentados a su alrededor tenian espiritus alegres, tranquilos. el aire de la entrada los mantenia en un estado de exaltacion. tambien eran los primeros en salir cuando se terminaban las clases. creo que tenian el privilegio de saltar al aire nuevo al otro lado de la puerta. lo hacian con orgullo y determinacion. como si fueran los Primeros en probar la libertad. a lo mejor solo vivian para ese momento y eso los sostenia. como las aves que vuelan en formaciones constantes. el primero en salir era tambien el primero en tocar la puerta y lo hacia con un gesto energico. habia determinacion. para los demas la puerta representaba un anhelo constante de libertad. la puerta absorvia y reflejaba cientos de miradas al dia, miradas que decian cuando saldremos de aqui por esa puerta! y miradas que decian esa puerta es un obstaculo entre yo y la libertad. cecil decia que de todas las cosas ser una puerta era una de las mas complicadas:
"las puertas necesitan peso y ligereza al mismo tiempo. a veces obstinacion. yo creo que muchos no sobreviven ser puertas. sus manos se marchitan de estar agarradas siempre y las muñecas se quiebran por el movimiento. esas puertas se caen un dia, o quedan inclinadas porque no pueden copiar el gesto exacto del marco en donde deberian quedarse."
durante las clases de buenos movimientos S. iba con el grupo de los que parecian mas fuertes y repetia un abrir y cerrar que dejaba un sabor de agresividad en el ambiente. a veces los patrones eran inesperados y a veces se organizaban de manera que unos repetian a otros con la mirada siempre fija y las manos en tension constante.
un dia durante la comida S. me dijo que su hermano tenia un diente flojo. estabamos masticando lentamente la papilla de costumbre y S. hablaba con la boca llena en frente de mi. a cada cambio de frase me daba una patada en las pantorrillas debajo de la mesa.
"mi hermano tiene un diente flojo" decia S. y miraba a los lados como si asi pudiera verificar que nos estaban vigilando. "esta muy asustado, cree que se le va a caer" y soltaba una de sus risotadas de animal carroñero. "yo le dije que lo mejor que podiamos hacer era sacarlo de una vez. para ahorrar dinero y porque mi hermano se tiene que hacer fuerte.".
"porque no esperan a que se caiga?"
"es mejor hacerlo antes. no se esta comiendo los sanduches de mortadela. esta tomando solo liquidos. espera que el diente se ponga duro de nuevo y que le sirva para masticar. pero eso no va a pasar. estoy seguro. es un mariquita."
masticabamos mirandonos a los ojos bajo las luces fluorescentes. por momentos se podia escuchar el masca masca masca acompañado por el zumbido gaseoso de las lamparas.
"tengo un plan para arrancarle el diente". yo miraba, casi interesado. "primero vamos a amarrarlo con un pedazo de alambre. alambre de cobre mediano, ese que es flexible pero fuerte al mismo tiempo. y el alambre lo amarraremos a la puerta del cuarto, entonces... entonces vamos a esperar a que alguien abra la puerta y el diente salga volando."
"no la va a abrir uno de ustedes?"
"no. asi el no va a ser sorprendido y yo tampoco voy a poder ver." S. miraba a los lados excitado, como si estuviera a punto de empezar a reir otra vez. y yo miraba mi plato como si alli hubiera un secreto. recordaba lo que cecil me habia dicho:
"cuando se abre la puerta hay una separacion. la puerta tiene por siempre el anhelo de esa separacion aunque este cerrada."