martes, noviembre 23, 2004

afuera de colores amarillo vinilo brillante rosado vientos de agosto.

encontre al viejo H. en uno de los bares de ciudad liquida. el murmullo del mar se mezclaba con el murmullo de las autopistas y nos llegaba un olor a gaviota despechada, a carpa de camion. las paredes estaban decoradas con encaje barato y tigres de peluche. H. se sento a mi lado y me dijo que me recordaba de alguna parte pero que todas las partes se le habian olvidado. entonces un silencio de oficina de correo se sento sobre el lugar. era como una cancion de lobos tristes compuesta por john cage. le dije que el instituto se habia derretido un dia rabioso y que habia dejado detras de si a una manada de mentes perdidas vagando por todas partes y H. me dijo que estaban mejor asi, uno nunca esta tan bien como cuando esta perdido. dijo con sus ojos claros de lora antigua. dijo que el podia vivir por siglos como vivian las loras y que si se moria iba resucitar como la lora fenix.
la lora fenix no existe le dije, es el ave fenix.
y el dijo que la lora fenix era la original, que la otra habia sido registrada como marca despues y se habia ganado el protagonismo. la lora fenix resucita de las cenizas de sus palabras, dijo H. pasandose las manos por la cabeza llena de pelos blancos. la lora fenix tiene una maleta con capacidad infinita, como uno de esos discos duros de las novelas de ciencia ficcion, y de su maleta saca todo lo que necesita y lo que no necesita y lo que no existe. dijo H. y yo le dije que la estaba confundiendo con la maleta de un gato de las caricaturas. me importa un pepino el gato, dijo H. el gato salio de la maleta de la lora fenix con su otra maleta y con su equipo de dibujantes y productores.
H. era como un viejo punk escribiendo poemas con el dedo en pantallas de televisores recien apagados.
ya me acuerdo dijo H. te vi en el instituto, es verdad? es verdad le dije. no me acuerdo del instituto dijo. o tal vez si. es que ya no me preocupa la memoria. dijo H. con una risotada que retumbo en el techo bajito de ese bar de ciudad liquida donde llegaba el murmullo de las autopistas haciendole un amor mecanico al murmullo de la olas del mar.
cuando me acuerdo del instituto la boca me sabe a exhosto de camion dijo H. alla me la pasaba haciendo payasadas y creo que me sacaron corriendo. alla me la pasaba con los perros y hasta pulgas tenia. alla me la pasaba jugando aunque me castigaran, pucha. una chica rubia exhalo el humo de la boca toda pintada de rojo como haciendo un dibujo pulmonar con la tinta mas liviana y azul de todas.
le dije a H. que el me habia enseñado a apuntalar el mundo cuando era muy chico que yo apenas lo recordaba. y H. dijo que no dijera esas cosas en publico. o mejor sigue diciendolas pero a los gritos para que nadie nos escuche. entonces H. saco un radio que tenia en uno de los bolsillos de su chamarra y era un radio negro con forro de cuero y una correa de cuero para ponerselo como una mochila y tenia una aguja naranja que se movia por la linea marcada con frecuencias. H. lo prendio moviendo la perillita del volumen y empezo a sintonizarlo y desintonizarlo y le subia volumen y le bajaba volumen. y H. se veia bastante comodo con su radio y sus manos lo acariciaban y era como un instrumento. a veces se detenia en una emisora y cantaba lo que estuvieran diciendo y a veces lo dejaba en medio de dos emisoras e improvisaba con lo que estuvieran diciendo en las dos emisoras al mismo tiempo o lo que el alcanzaba a entender. entonces apagaron la musica del bar de ciudad liquida en donde el murmullo del mar se derretia como grasa de camion sobre el murmullo de las autopistas. y alguien dijo silencio silencio que el viejo H. esta cantando y todo se detuvo en un instante y H. canto acompañado de su radio
AMOR ES CANTARTE EN LA MAÑANA TRES MUERTOS Y DOS HERIDOS EN EL AMOR ES LAS CONVERSACIONES EN EL MEDIO OIR LOS PAJAROS DESNUDOS SHISSSSSS, SHISSSSSS, SHISSSSSSSSS, SHISSSSSSSSSSS EL PRESIDENTE ANUNCIA LA CAMIONETA PASANDO LA FRONTERA SE ME PERDIO ACABAN DE TOCATA EN B.SHISSSSS, SHISSS, SHISSS
SHISS,
SHISS!!!!
(silencio)
ESTAR ENAMORADO LA TREGUA ANUNCIAN LA REINA SHISSS
SHISS, SHISSSSSSS, SHISSSS, SHUSS
SHIS!
SHUSSSS.
el viejo H. se lanzo en un solo de radio sobre la mesa que temblaba con el movimiento de las perillas. un par de botellas en el suelo y H. haciendo un collage sonoro con las voces de unos comentaristas deportivos mezcladas con las noticias internacionales. villancicos, un poco de techno y una de las obras de vivaldi. el show se acabo con el himno nacional intercalado con interferencia. H. le bajo el volumen lenta lentamente hasta que se confundio con el murmullo de la autopista sintonizandose con el murmullo de las olas del mar y todos nos quedamos en silencio en el bar de ciudad liquida mirando a H. sobre la mesa con su radio forrado en cuero. aplausos, gritos, silbidos. y todo volvio a la normalidad de un bar de ciudad liquida. la musica prendida y el olor a bluejeans sin lavar. H. guardo el radio en el bolsillo de la chamarra y siguio mirandome como si nada hubiera pasado. y H. que dice porque tienes esa cara de acontecimiento? y yo que le digo que su cancion sonaba a balada romantica licuada con tormenta tropical, ya sabes la tristeza que me da cuando escampa y tengo los ojos humedos de tanto llorar.
H. dijo que no tenia idea de como sonaban sus canciones que lo unico que hacia era tocar el radio que era lo unico que habia aprendido en todas estas noches y que su pasion era surfear las ondas radiales haciendo collages imposibles de reproducir. alguien queria que firmara un contrato con una casa disquera pero no quisieron aceptar mis condiciones, dijo H. oye porque no nos vamos a dar una vuelta este bar ya parece la siesta de un gato aburrido a media noche. y H. se puso de pie y salio caminando despacio con su sonrisa complacida y ese ritmo entrecortado que tienen los interpretes del radio-collage. el bar se despidio de H. con mas sonrisas complacidas y manos haciendo olas y desde afuera el bar de ciudad liquida parecia un radio enorme sintonizado en una de las frecuencias favoritas de H. aquellas en donde las voces de otras dimensiones apuestan carreras con las voces de este mundo, quien gana se queda con todos los colores del espectro, dijo H. encerrando la frase con las comillas de sus dientes.
salimos del bar y caminamos por la loma vacia de calle que era aquella calle forrada con adoquines color naranja. H. susurrandole a la noche y yo siguiendolo con las manos en los bolsillos.

la noche era un parentesis de aire fresco galeria de murmullos gritando secretos al aire. yo llevaba tanto tiempo en ciudad liquida que ya habia perdido la cuenta de los dias y los meses y los años y las horas y los segundos. los minutos caian lento lento como pudin de tapioca desde los techos con tejas de barro y yo tan tranquilo haciendome viejo tranquilo porque no estaba haciendo nada. el tiempo es como una exhalacion. el tiempo esta en la tension de las esquinas. el tiempo es eterno en esta ciudad que medita todo el tiempo con los sueños de sus calles.
como seran los sueños de las calles? dijo H. con tono meditabundo. seran sueños con sangre y entrañas al aire sueños de alcantarillas y cucarachas aplastadas palomas explotando en el cielo besos de lengua bajo los portones escupitajos verdes cayendo en el tiempo infinito de las camaras superveloces ropa escondida en las grietas de los puentes armarios improvisados en alcantarillas secas paleta de grises y ambar gaseoso humo de exhostos humo azul de cigarrillos humo purpura de puros en las bocas de viejos desdentados con sombreros de los veintes humo negro de autobuses quemados en manifestaciones vapor blanco agua evaporada cuerpos despedazados por la policia perros callejeros miradas de gatos negros que cosa tan seria carros disecados extasis basuco bareta perico rubinol rubia raton pulga buseta metro bicicleta pitazo noventaynuevecentavos la basura escalando las columnas y los chicles ennegrecidos haciendo un mapa de puntos en los andenes. el viejo H. se mete tanto aire a los pulmones como puede de una sola y me mira borracho de oxigeno y brisa del mar mezclada en remolino con el viento de los cerros. el problema, dice, es el de los rumbos, entonces, vamos a caminar en amarillo. entonces H. me indica que ponga atencion a todas las cosas amarillas que vea en la calle mientras caminamos y el amarillo es quien nos va a dictar el rumbo y porque amarillo le digo a H. y el me dice que se acaba de acordar de una nena que tenia flores en el nucleo de las babas y se llamaba del color que tenia el aviso de la tienda en la esquina de la calle al otro lado del bar de ciudad liquida en donde el murmullo del mar le chupa las tetas al murmullo de la ciudad bajo la capota del carro que se llama cielito lindo alumbrado por un farolito de papel mache.
el problema de caminar en amarillo consiste en los taxis. que son estas manchas enormes que andan por todas partes como si salieran de las grietas de todas las avenidas. los taxis amarillos llenan el paisaje. luego estan las luces de los carros porque uno no sabe si son amarillas o estan en el medio del ambar podrido y el ocre iluminado o si son del todo blancas o tienen ese amarillo de los dedos de fumador. empiezo a notar tantas cosas amarillas que me da fiebre y hay una nena con una falda amarilla con textura de mantel y una mancha de pintura amarilla que cae con esa sensualidad de la pintura que se ha regado libre del tarro que la contenia pintura euforica pintura enloquecida pintura de las cortadas en las venas de un gigante de oro. H. dice que caminar en amarillo es caminar para encontrar la riqueza del mundo, velas amarillas en las rejas de las tienditas e hilos amarillos en los escapularios del viejo que vende pilas y cortauñas en los trenes del metro en invierno y en las busetas de la avenida septima en el otoño. nada como las busetas en otoño dice H.
caminando en amarillo llegamos a una libreria que abre hasta la madrugada y H. entra porque quiere saber cuantos libros adentro tienen cubiertas amarillas y asi descubrimos que el amarillo se envejece y que ama al polvo tanto como el polvo ama los pulmones secos de ciudad liquida. si yo escribiera un libro tendria cubierta amarilla dice H. yo pense que no te gustaban los libros le digo a H. y el dice que los libros no son cosas que uno puede decir si le gustan o no que estan y estan y estan y que no hay que preocuparse por ellos. libros lindos libros ricos libros deliciosos libros amarillos como chocolates envueltos en papel de aluminio de moneditas de chocolate amarillas. H. toma un libro del estante y dice que nunca lo habia visto antes o que si lo habia visto no importa que ya tantas cosas se le han olvidado que las puede visitar con la tranquilidad y la inocencia que tanto le gustan, porque el amarillo mas amarillo es el olvido dice H. levantando el dedo indice como un filosofo de caricatura y cerrando un ojo y abriendo el otro como hacia un escritor argentino adicto a los laberintos. H. abre el libro en cualquier pagina y empieza a leer en voz alta:
"Estan bebiendo el ponche de la victoria, compuesto de paregorico, mosca española, ron negro pesado, brandy Napoleon y calor enlatado. El ponche esta servido de un enorme macaco, vacio por dentro, dorado, encogido en un gesto de terror dilapidado, agarrando una lanza a un costado. Al pinchar las pelotas del macaco el ponche sale de su pene..."
H. devuelve el libro a su lugar y me mira haciendo bizcos. ojos desorbitados y una sonrisa de titere desvergonzado que va perfecta con la seriedad de la estanteria vestida de cafe madera pulida y barniz de carpintero obsesivo.
ahora este, H. se recoge las mangas de la chamarra, se frota las palmas de las manos haciendo un sonidillo agudo, risueño
y agarra otro libro negro pero que segun H. deberia ser amarillo porque estan los colores de las cosas y las cosas que merecen otros colores.
"siempre abro el diario y espero leer noticias como por ejemplo que hay una nueva receta de mariposas con dinamita o algo asi". y H. que pone el libro en el estante y sale despidiendose del dueño con la mirada de despedida cool que sabe hacer H. como si nada hubiera pasado, como si todos los afectos pudieran ser dichos con una cerradita de los parpados y una inclinadita de la cabeza. todo tan cool. tan tranquilo. salimos a la calle y hay una linea amarilla que dice cuidado! en letras negras y la seguimos como si fuera un tunel que nos lleva directo a la avenida B. que es como una avenida que no quiere ser avenida llena de señoras que venden comida calentada en unos hornitos de lata llenos de carbon por eso la avenida B. huele a madera quemada y a maiz asado con un cariño inexplicable. sabe a monedas amarillas y a maiz amarillo y manos humedas y rosadas que se amacan en delantales de vinilo con florecillas untadas de mantequilla.
en toda la esquina como si fuera un enviado divino nos cruzamos con un amigo de H. que H. me presenta como el ciriri y le da una palmada de cariño en la espalda que casi lo tumba de su bicicleta amarilla. la pechiamarilla dice el ciriri con una sonrisa llena de dientes largos y redondeados. una de esas sonrisas que lo hace sonreir a uno tambien. el ciriri tiene unas gafas oscuras y una gorrita de ciclista negra y su bici es amarilla vinilo brillante. y anda fluida porque nunca para dice el ciriri acomodandose la maleta y dandole vueltas en el aire a su rueda trasera de velodromo.

el ciriri anda sin frenos por las calles y las faldas de ciudad liquida. es uno con el camino y con los carros y atraviesa los cruces repletos de peatones como si fueran nubes. el ciriri es un iluminado del trafico amarillo en su pechiamarilla simplisima y sin frenos que tiene las lineas de un ave pintada con pocas pinceladas. en su gorra negra tiene pintado un pajarito con antifaz. es el mensajero amarillo dice H. aqui la noche sabe como a ruedas y asfalto como a cuerpo en movimiento como a pedales como a que la bici sale de tu cuerpo y se funde con la calle y se funde con el viento que viene del mar y con el viento que viene de los cerros y es un murmullo de caucho en cemento swish swish dos ruedas que son alas en linea que son dos ojos que son dos lentes que son dos circulos que hacen un murmullo bajito bajito que a veces se une al murmullo de las autopistas haciendole cosquillas al murmullo de las olas del mar en las noches de ciudad liquida cerca del bar que parece un radio ya sabes que cuando me subo a mi bici somos uno y el mundo es un silencio por el que dejo mis huellas dos lineas largas largas que serpentean juguetonas entre si y que a veces se aman y que a veces se separan y a veces una gira alrededor de la otra y a veces van en orbita, asi, dice el ciriri, voy dejando mi dibujo en la city. dos piernas que son dos pedales que son dos circulos uno grande y otro mas pequeño que son otros dos circulos iguales que son dos lineas que son hermanitas que son un espiral y que son dos horizontes desenfocados.

y el ciriri se pierde amarillo cruzando un cruce de calles con los cinco sentidos y es como ver un salmon que se funde en la cascada de asfalto de las calles de ciudad liquida. H. que dice que el ciriri es un iluminado y H. que lo despide quitandose un sombrero que no tiene encima de su cabeza llena de pelos blancos porque, dice, porque al ciriri le gusta bailar con los semaforos y mantener un balance giroscopico al borde de las emergencias de la circulacion automotriz. amarillo es y un antifaz se pone y la gallina lo pone lana sube lana baja caracol caracol huele a perro seco al sol. H. le digo, H. sigamos caminando y el sigue la marcha como soldado de trapo, o de tropa, le digo y el dice que no que los trapos son mas nobles que las tropas. y al fin y al cabo somos dos tropos. H. dice que lo que hacemos por ciudad liquida es el cromotropismo y que esa es una de las maneras mas certeras de apuntalar la mano que se levanta para tirar la piedra tambien conocida por otros nombres no menos nobles. un semaforo nos para en amarillo intermitente y H.yo que nos paramos en mitad de la calle a bailar como hace el ciriri montado en su bici la pechiamarilla, listos a salir, con la paciencia bien balanceada. asi se afina la velocidad, dice H., con una quietud bien calibrada las tensiones en su punto optimo el color apropiado para la noche y la forma que han tomado las nubes y el olor que traiga la brisa de los cerros. dice que el ciriri le enseño lo del balance y la fluidez en su bici y que cromotropismo o no estamos ahi justito.
cambia la luz y el H. y yo salimos caminando de lo mas tranquilos con el impulso en la mirada. camina que camina en amarillo y para donde vamos? le pregunto al H. y el que dice aqui no importa saber algo como eso porque estamos caminando por la ciudad liquida y cuando uno hace eso seriamente esa pregunta no tiene respuesta sino que tiene respuestas o tiene una que dice vamos para donde nos lleven este par de patas o este par de ruedas o este par de ojos que susto dice H. que tantas cosas importantes vengan en pares, dice que el ciriri le ha dicho que los carros tienen cuatro llantas y las bicis dos y que por eso las bicis van mejor con el cuerpo pero venga esas son cosas del ciriri vamos para donde nos quiera llevar este laberinto y hasta donde la memoria nos de. y yo le digo a H. sera que la memoria tambien viene en pares y el dice seguro, seguro... pero que el no sabe muy bien porque ya son mas las cosas que se le han olvidado y que si tiene memoria es para acordarse de las cosas que necesite cuando se acuerde de ellas. es que yo soy memoria, dice H. aqui donde me ve, y que le creo, aqui donde estoy paradito y no soy ni RAM ni ROM ni RIM ni RUM, aunque ese ultimo me guste los domingos vacios en la capital alla al lado de los cerros comiendo obleas al lado de la iglesia, yo soy memoria viva con las electrones recorriendome la espina dorsal y yo escribo la memoria en la calles de la city cuando bailo por ahi. you know. debajo de los postes y al lado de las alcantarillas y en las esquinas que todo lo sostienen. aunque eso si en memoria no le gano a otros animales. dice H. porque la noche esta amarilla amarilla y hasta el cielo parece estar mas amarillo que de costumbre con su capota de nubes reflectivas que eso que se ve alla son las luces de la ciudad que se refractan y se reflejan y se reciclan con las emisiones de las fabricas y los carros y los seres vivos y el vapor de agua y el vapor de cemento y el vapor de mil almas dandole su linda sangre roja al "system". ciudad liquida esta viva y H. que me dice pero sigamos que la noche es joven y amarilla y tengo los pies listos y las manos sucias ya de andarlo tocando todo.

H. le digo, la he pasado de lo lindo pero decime a donde me llevas y el dice que no sabe y yo que digo pero que entonces que hacemos aca y el que me mira con esos ojos de ballena oji clara he visto todos los oceanos del mundo hasta los oceanos de tu alma he visto oceanos sin agua y oceanos dulces y las profundidades del cielo y me dice que me calle los ojos y que lo siga disfrutando asi como lo venia haciendo hace un ratito mirando el cielo amarillo que parece una copa de whiskey con nubarrones sentada en la mesa de una bruja galactica leyendo el destino. ay sirveme en la copa rota, sirveme que me destroza. y bajo el cielo alcoholico las esquinas se hinchan por estas callecitas de adoquines anaranjados y casas de balcones. se inflan como globos de cemento conspirando en geometrias antidiureticas. aqui, dice H. aqui se orino A. una vez, te acuerdas de A.? y le digo que no me acuerdo tanto que a lo mejor ni la conozco y H. me dice que voy a conocerla uno de estos dias que A. es una de esas cosas. A. dijo que estas esquinas hinchadas eran perfectas para las mujeres empezo a subirse a ellas con sus botas rosado acrilico brillante y a orinarse alli montada y mas de una vez se cayo rodando pero no le importaba porque le hacia gracia rodar por ahi y que sus botas rosado acrilico brillante se mojaran un poco con ese liquido jugeton. esa aguita, amarilla. que el amarillo nos trajo hasta aqui dijo H. y que hasta aqui llegabamos ahora, y tu que me preguntaste un millon de veces a donde era que ibamos. dijo H. poniendome la mano en el hombro. ahora vamos a caminar en otro color dijo H. y te toca escoger a ti. yo no se de que color vamos a caminar ahora le dije y el me dijo que no habia es esforzarse que habia que hacerlo con la mayor eficiencia pero con el minimo esfuerzo. entonces le dije a H. que habia un instructor flaquito en el instituto que se la pasaba diciendo que no podiamos usar la "ley del minimo esfuerzo" y H. que me dice que deje de pensar tanto en esas cosas pero que ahora que lo mencionas no hay que creer en tantas leyes para empezar que ellas son como el cuadriculado de las hojas que a veces ayuda pero que uno se puede saltar y pintarrajear cuando se le venga en gana porque no es necesario quedarse entre esas lineas. como estas calles dice H. y extiende los brazos como una lora verde con plumitas amarillas en las alas. como estas calles que son cuadritos tatuados en la cara de la tierra pero hay que pintarlas y orinarlas y caminarlas y amarlas odiarlas rodarlas pensarlas olvidarlas porque las calles son como lineas temblorosas olerlas escaparlas temerlas ay las calles son las esquirlas de la copa rota que cayeron del cielo y las gotitas de sangre, las gotitas de sangre, dice H. entonces me señala los postes de la luz y me dice que en la ciudad liquida los postes y las lineas son como rayones hechos en un film del cielo y que por eso son tan encantadores. en ciudad liquida los atardeceres sin nubes tienen postes y cuerdas y son como dibujos en el film del cielo que se degrada como tinta china azul disuelta en agua. y H. que me dice que cambio de opinion y no vamos a caminar mas en colores sino que vamos a escoger una de las lineas de cualquier poste, postes lindos, postes de madera postes de metal postes de cemento, con papeles con afiches con rayones con grapas puas que se estiran desde los andenes arboles zumbadores, y la vamos a seguir, pero con mucho cuidado eh, porque eso de caminar mirando para el cielo es tanto mas peligroso entonces yo le digo tranquilo viejo H. y el me dice tranquilo todo bien el cielo es una copa rota copa de whiskey todo bien vamos caminando por la city un poste dos postes tres postes una calle dos calles tres calles cuatro calles una esquina dos esquinas cuatro esquinas ocho esquinas. H. dice que si uno repite esquina esquina esquina esquina mientras camina suena como a espina y que la calle se vuelve como un piñon o como una piña y es amarga en el centro y dulce a los lados y si uno se come el centro muy rapido entonces se le parte la lengua. porque las esquinas son cosa seria. las esquinas son centros descentrados dice H. camina que camina mirando para arriba y con cuidado de no caerse siguiendo una de las lineas que sube y baja baja baja como una barriga como una curva que se lanza para unirse con la tierra pero que se sube otra vez con el siguiente poste y luego se amarra y se hace amasijo de lineas y H. que ve tan bien mira un rato y dice por aqui despues de desenredar el nudo en la cabeza. los postes son el pelo de la city y le seguimos el peinado caprichoso de mujer indecisa con labial oscuro. la barriga baja baja baja y uno cree que se va a tocar con la tierra pero es pura impresion de andar mirando para arriba y H. que se queda mirando un rato una cometa que se enredo de una de las lineas y cuelga triste rota y un poco libre tambien y un poco decepcionada y un poco esquelitica y un poco euforica y un poco moribunda y un poco contenta y H. dice que hasta aqui llegamos porque la pita de la cometa cae tan bonito y que su mirada se quedo ahi mirando la cometa. entonces nos sentamos en una banca muy conveniente que tiene palos de madera y es una de esas bancas que se secan tan rapido cuando llueve y estan sostenidas de unos churumbelos de metal a cada lado y que hacen tan buenas camas a veces cuando uno se quiere echar una siesta y la encuentra justo en el punto preciso donde no va a llegar un perro a lamerte la cara o algo peor a lamerte los sueños o a echarte babas de cualquier calaña. y nos sentamos los dos a mirar la cometa que ondea tan lindo al viento y nos preguntamos como llego hasta aca porque no hay parques sino edificios de uno o dos o hasta tres pisos que cosa tan extraña. debe haber volado hasta aqui, dice H. debe haberse liberado de su cuerda. cometa cometita cometa como cometita como llegaste aqui? y la cometa se bambolea despacito con el ritmo ese pegajoso del vientito suave de la noche con la musica que hace el zumbido de los postes y el murmullo de las olas del mar que se enreda perezoso al murmullo de las autopistas. y la cometa de piel de plastico sucio y esqueleto de guaduilla girando ahi despacio de un lado para otro y H. que dice que que atrapadero de cometas tan salvaje es la city que las cometas con sus ganas de libertad tan tupidas y tan llenas y tan paradojicas cometas locas cometas acometidas cometas adictas. llega un dia en que deciden que no quieren estar mas amarradas, dice H. algo amarillo y algo sucio y casi como una cuerda colgando de un poste, llega un dia en que se cansan de estar amarradas y deciden que hasta aqui llego todo hasta aqui llego el abuso hasta aqui llego la mano que me jala y me jala y me jala y me sube y me baja y me baja mas facil de lo que me sube y yo estoy aqui tan libre y la mano pesada y tonta abajo en la tierra mano de carne de sangre de hueso mano obstinada mano tirana y la cometa rompe el hilo y vuela tan libre por un rato, por unos minutos, diria uno que hay cometas que viven para ese tiempo unicamente dice H. y luego se lanzan a volar libres pero antes de caer se dan cuenta en el ultimo instante que la cuerda que las ataba tambien les daba la libertad de subir a beberse los cielos de whiskey, de revolotear en la copa esa. y la city es tan linda y tan loca y tan perra que las cometas terminan ahi colgando en otra sucia cuerda. cuerda loca cuerda perra cuerda zumbadora rayon en el vidrio ahumado de los dias. ay si yo fuera cometa dice H. si yo fuera cometa. y pone el brazo detras de la silla la city huele a madrugada a brisa del mar mezclada con plastilina. a viento de agosto la cuerdita haciendo dibujos en el cielo colgando de la cuerda mas grande el plastico de bolsa de basura pegado con cinta transparente comprado en la papeleria en rollitos chiquitos con un dispensador rojo made in china.