el instituto (o la paciencia de las cosas)
yo estaba llorando pero igual me trajeron. me dejaron en medio de la gente y nada habia que sentir. olia a comida muy cocida y a blanqueador. olia a luces fluorescentes y a corredores vacios. Cecil me habia dicho:
"vea, no se preocupe. vamos a salir de aqui como sea". pero cecil era un optimista y yo no podia creer esas cosas. era cuestion de no darse el lujo. yo los podia engañar a todos quedandome sin hacer ruido. ahi callado como quien esta prestando atencion pero a la larga uno no presta nada. ni la atencion ni el cuerpo ni nada. ahi no habia nada que prestar porque ya nos habian robado todo.
"claro, usted siempre tan pesimista" decia cecil. "pero siempre hay esperanza, mire, si seguimos todo lo que nos dicen y esperamos...".
"siempre esperando!" decia yo. "lo unico que hay aqui es esperar y esperar. nos vamos a hacer viejos esperando." y cecil se quedaba callado y miraba al piso. el piso era un amigo para cecil. cuando no estaba animado le estaba hablando al piso. le decia: "piso, a vos te quiero con mis pies. a vos que me sostienes, piso pisito, sos lo unico que tengo, piso pisito porque no te mueves o cambias de colores. piso pisito". y una de las cosas que mas le gustaba hacer a cecil era caminar con un espejo debajo de la nariz. asi, decia: "el cielo es piso tambien y el piso es todo lo que me rodea". era muy raro, yo no podia entender muy bien que hacia cecil con el piso pero a veces yo tambien lo observaba. y eso parecia complacerlos. mirar el piso era lo que haciamos para esperar. habia muchos que ya lo habian notado, esperar. era lo unico que aprendiamos en el instituto. todo lo demas que de alguna manera tuviera importancia era solo para aprender a esperar.
habia solo maneras de esperar.
nos despertabamos cuando el sol no habia salido todavia y la mañana olia a nueva y yo se, yo se, que muchos de nosotros teniamos la esperanza de que ese dia se iba a acabar la espera. entonces entrabamos a los baños y esperabamos un poco a que el agua caliente saliera pero nunca era suficiente. simpre tenias que salir con la sensacion de que te habian congelado un poco, de que el agua se habia llevado un poco de ti por el desague gris. las baldosas seguian su diseño monotono como de boca perfecta de pared a pared, el suelo, el cieloraso. este era el unico suelo al que cecil no miraba. se bañaba con la mirada fija al frente y cerraba los ojos tanto como podia. a veces me decia que lo llevara de la mano aunque nos vieramos ridiculos y algunos de los otros nos dijeran que eramos novios.
"no importa" decia cecil "lleveme de la mano para no tener que ver esto. aqui me siento como si me estuvieran masticando."
"son novios! son novios! son novios!" decian en coros con sus voces chillonas y perdidas. yo seguia llevando de la mano a cecil porque yo sabia lo que se sentia sentirse masticado. y a veces el "son novios! son novios!" era como la lengua de esa boca perfecta de la mañana pero era una lengua adormecida. atontada por su propio dolor. yo intentaba echarles la mirada que decia: "asi son peores que ellos, no hagan parte del instituto. no le sigan el juego". pero claro, no servia de nada porque ya todos eramos parte del instituto. ellos ayudando a que todos quedaramos bien masticados y nosotros con nuestros intentos de salvarnos.
"camina, camina, cecil" yo le decia suavecito. y cecil sonreia un poco con tristeza y un poco con cariño como el sabia hacerlo cuando se estaba imaginando el piso del parque con sus retoñitos de pasto y hormigas extraviadas. ay, cecil, cecil, si eras como un arbol Grande entre todos esos enanos sombrios iluminados con luces fluorescentes.
despues del baño teniamos que entrar a clase. esa era la unica palabra. clase. todos quedabamos clasificados en recuadros diminutos y sin aire. el suelo de madera era gris. todo estaba cubierto con el polvillo fino de la tiza. y ellos se paraban en su pedestal al lado del tablero y repetian con su tono infalible. repetian. por horas haciamos ejercicios en la espera. el tedio gris gris llenaba las clases y hasta las sombras se difuminaban como si se hubieran cansado de esperar antes que nosotros. era el efecto secundario de las luces fluorescentes sobre las sombras. siempre prendidas, de dia y de noche. habia clases con relojes y sin relojes, para proporcionar la alternancia del tiempo. a veces estabas consciente a veces no. la mayoria de los relojes no tenian la manecilla de las horas. era apenas un paso circular. el paso del tiempo era constatado antes de ser medido. cecil miraba el piso cuanto podia y decia que ya podia sentirlo.
"si pones la atencion en los pies. con las palmas bien estiradas vas a empezar a percibirlo. el piso habla de fluidez y de ritmo..." no habia ritmo en nuestra espera, tampoco continuidad. con el tiempo nos haciamos mejores en esperar.
"que estamos esperando cecil?".
"esperamos que todo esto termine."
"cuando va a terminar todo esto?"
"no se. alguna vez me dijeron pero ya se me olvido."
"se va a terminar alguna vez?"
"si. va a terminar alguna vez." la voz de cecil se confundia con la de ellos. "sigue esperando. pronto va a terminar. muy pronto. pero mientrastanto hay que seguir esperando". en las clases ellos decian que habia que esperar sin perder la esperanza. como si todo dependiera de ello. un dia cecil y yo vimos que alguien se dio por vencido sobre uno de los pupitres y dejo de esperar. pero no lo hizo con rabia como casi siempre sucedia. era mas raro. mas profundo.
era comun ver a los que se alzaban de repente y gritaban, tomaban accion de cualquier manera. a veces empezaban a destruir el lugar de manera espectacular. lanzaban sillas a los muros y escupian. saltaban sobre las mesas y se arrancaban los cabellos. pero todo era demasiado violento, era como una ruptura en la linea de espera que luego la hacia mas fuerte. en esos momentos varios de Ellos entraban y agarraban al que estuviera gritando a la fuerza y todo recobraba el orden. este aparecia al dia siguiente como si nada hubiera sucedido. por uno o dos dias tenia una sonrisa idiota y cierta incapacidad para enfocar los ojos. en el instituto perder la paciencia era lo mas sencillo y ellos tenian decadas, tal vez siglos de experiencia controlandolo.
eran aquellos que habian encontrado algo mas los que eran extraños. era como si un dia hubieran muerto. mas de una vez pense que a cecil le habia pasado, pero el tenia los ojos y los pies en la tierra y eso lo mantenia a salvo.
"cecil, no me digas que la has encontrado"
"no" decia acomodando los pies.
los que habian encontrado la paciencia eran peligrosos. Ellos siempre estaban observando los sintomas. encontrar la paciencia era como encontrar el secreto de las sombras de las luces fluorescentes. si uno miraba el suelo con suficiente atencion hasta podia reconocer las sombras. pero la paciencia. la paciencia era otra cosa. era una cosa con curvas y con ritmo. era como la musica. la musica estaba prohibida en el instituto. lo unico que habia era un ruido sordo que uno no podia llamar silencio. sonaba como un murmullo de noche. en el instituto todos pensaban que estaban en silencio pero no era cierto. no habia ni como oir los pensamientos. era el ruido blanco y todo lo demas estaba pintado con grises. cuando lo pienso me doy cuenta que las memorias del instituto no tienen colores y siempre tienen ese ruido sordo como un televisor prendido en el ultimo cuarto del corredor. puras sombras con ojeras largas y ojos opacos que olian a formol.
"cecil, viejo, cuando salimos de esta clase."
"pronto. pronto. el piso me dice que ya falta poco". y era cierto. con el tiempo cecil aprendio a sentir el paso del tiempo con los pies pero sin encontrar la paciencia. ellos decian que si uno encontraba la paciencia estaba peor que muerto. ya no existia mas. a todos los que la habian encontrado no los volviamos a ver. desaparecian de un dia para otro y nadie los recordaba. un dia estaban y el otro no. no dejaban un vacio, ni una sombra. era como si algo hubiera cambiado en el ambiente y no se podia mencionar. no existia. no se podia decir en voz alta. se convertia como en una lejana sospecha aunque uno estuviera seguro.
entre un bloque de clases y otro habia una parte en que esperabamos la comida. era solo otra espera sin esperanza. cuando la comida llegaba habia que esperar a que se terminara porque era gris. siempre una papilla sin color servida en tazas de metal sin brillo. sabia a papel olvidado y habia que economizar el agua para hacer que bajara hasta el estomago. la comida siempre era larga porque solo podiamos salir del comedor cuando todos hubieran terminado. al principio habia un estruendo de cuacharas y platos porque todos querian terminar rapidamente, habia un entusiasme delirante. pero casi todos eramos vencidos por la cantidad. a mitad de tu tazon ya habias perdido el entusiasmo. el sabor te habia dejado plano. exhausto. solo quedaba un mastica traga mastica traga mastica traga que se prolongaba para siempre. cuando por fin el tazon se acababa todavia podias oir el clin, slurp, glup,clin slurp, glup, de los comensales atrasados. y Ellos siempre estaban alli para confirmar que todos absolutamente todos hubieran terminado. no habia otro remedio que esperar. al final no querias comer, y solo imaginar que ibas a tener hambre otra vez era insoportable.
el bloque de clases despues de la comida era aun mas pesado. teniamos que soportar horas interminables de instruccion hasta que llegaba la noche. esta vez era de pie y consistia en repetir complicados patrones de movimientos una y otra vez hasta que los hubieramos memorizado. entonces, teniamos que aprender una variacion, lentamente. nadie podia sonreir. todo era conducido con absoluta formalidad. ellos decian que los movimientos eran "buenos movimientos" porque te hacian bueno solo al practicarlos una y otra vez.
"seremos buenos al hacer los buenos movimientos" repetiamos.
"seremos buenos al hacer los buenos movimientos."
no habia duda. este bloque de clases terminaba horas despues de que habia caido el sol y entonces era el momento para dormir. a esa hora el instituto olia a sudor y todas las miradas estaban opacas.
"cecil. estas cansado?"
"quisiera morir de cansancio." y luego cecil susurraba: "piso pisito, piso pisito, piso pisito..."
"cecil, crees que algun dia vamos a salir de aqui"
"eso espero. piso pisito, piso... vamos a salir de aqui, de alguna manera."
"a mi me gustaria salir y no volver nunca jamas. no entiendo porque me trajeron aqui. cecil, tenemos que encontrar una manera, como vamos a escapar?"
"en las noches. cuando puedo poner las manos en el piso desde mi cama he sentido las lineas que lo sostienen."
"de que lineas hablas cecil. no hay lineas en el piso. todos aqui son planos. y los que son de madera ya estan cubiertos de polvo. las lineas estan llenas y ya no hay salida por ellas. yo tambien he visto."
"no, no entiendes" decia cecil "hay lineas que dejamos todos los dias. hay lineas mas antiguas. hay lineas que hablan de ritmo. hay una musica en el piso que se puede seguir, como un mapa. has visto las lineas de un mapa?"
"si. no tienen sentido, ni orden, ni ritmo."
"si tienen. solo hay que dejar que los pies se den cuenta, entonces hay que empezar a seguirlos. te voy a mostrar".
a la hora de dormir habia que esperar el aviso del sueño. no podiamos irnos a dormir sin el. nos sentabamos en la cama y teniamos que cubrirnos los pies con la sabana y esperar el tiempo caprichoso del aviso del sueño que era el toque de una campana de voz gruesa como un trueno con gripe. cuando sonaba podiamos acostarnos y empezar a dormir. ellos siempre estaban vigilando para que todos se acostaran en el momento indicado y luego esperaban hasta que todo estuviera en paz. esa noche cecil se levanto cuando ellos se habian retirado y fue hasta mi cama para mostrarme lo que podian hacer sus pies.
"tienes que seguir mis pies lentamente. todo lo que yo haga tu haces igual, siguiendo el mismo recorrido". me levante y me puse al lado de cecil. tenia los pies uno al lado del otro. yo puse las puntas de los mios tocando los talones de cecil.
"vamos a empezar con el izquierdo" sururro. cecil movio entonces su pie izquierdo hacia adelante lentamente y yo lo segui, luego el derecho. se detuvo. el izquierdo otra vez. se detuvo y volvimos a estar el la posicion en que habiamos empezado pero un paso mas adelante.
"entendiste?"
"si' respondi, aunque no estaba muy seguro.
cecil empezo a moverse despacio otra vez y me pidio que cerrara los ojos y lo siguiera sin importar que pasara. asi fue. deslizamos los pies una y otra vez por lo que parecio una eternidad. izquierdo, derecho, izquierdo, derecho. a veces cambiaba de direccion . a veces la textura del suelo cambiaba. yo segui a cecil hasta el ultimo momento. estaba como hipnotizado.
entramos a un cuartito que no puede reconocer y le pregunte a cecil:
"cecil, decime, que hay mas alla del instituto".
"un instituto mas grande" decia cecil mirando por un momento hacia adelante. el instituto era una carcel. sin duda. como y porque estabamos ahi eran preguntas ya sin sentido. el instituto era todo. las hojas caian por orden del instituto. las costillas se separaban para respirar por orden del instituto. la existencia calculada. absorbida. mas esperabamos y mas nos haciamos instituto. sudando con su mirada de pozo herido me dijo:
"las sombras. mira las sombras." estaba temblando.
"tranquilo cecil, tranquilo. que puede estar tan mal con las sombras", le dije sin mucha conviccion. cecil respiraba con su mirada verdeazulada de gato moribundo.
"tranquilo cecil. todo bien." le dije que cerrara los ojos y le agarre la mano como cuando entrabamos al baño. "cecil todo bien". cecil me agarro la mano y cerro los ojos y empezo a hablar entrecortado.
"las sombras son como nosotros".
"que van a tener de nosotros esos fantasmas difusos cecil". silencio. segundos mas tarde cecil empezo otra vez. mas calmado.
"no son las sombras exactamaente. ni son las luces fluorescentes. es que las sombras son la manera mas facil de darse cuenta." entonces cecil saco de su bolsillo una tiza que se habia robado y empezo a trazar las sombras en el suelo. yo seguia con la mirada. hacia curvas y lineas. y parecia seguir contornos imaginarios y en poco tiempo empezaron a aparecer. aqui un brazo, alla un mujslo. pie. pierna. ojos. cejas. y en poco tiempo habian cuerpos y el suelo parecia una transparencia de cuerpos y miradas vivas. todos vivos y al mismo tiempo entregados. cecil trazaba y trazaba como en un trance. ojos profundos y mas profundos. de las lineas del suelo paso a sus propias lineas. empezo a trazar sus propios pies. el dedo gordo. luego los demas en curvas rapidas precisas intrincadas. parecia que se estaba cosiendo al suelo. le dije:
"cecil. ya estuvo." y el seguia con el empeine...
"cecil! parale!" y cecil con su fluidez impenetrable. tuve que agarrarlo de los hombros hasta que me miro y por segundos, no no, por minutos, siglos tal vez, me perdi en la materialidad de sus ojos de abismo verde. cecil! casi me pierdo en tu bruma que olia a retina a nervio muerto. a ojos como mancha de lapiz en le papel mas blanco.
cecil empezo a trazar sus ojos con la tiza y cuando vi la linea blanca trazando el iris. cuando cecil se me hacia polbo gris entre las manos le dije:
"cecil cierra los ojos, no dejes que te mastique, agarrate de los dientes como un caramelo sin sabor" y cecil empezo a sudar otra vez y el polvo gris se convirtion en pantano y la piel en tierra fertil otra vez, humeda otra vez y me dijo temblando.
"casi la encuentro, todo paso muy rapido. la viste?"
"si, la vi. casi la encuentro yo tambien."
"gracias." dijo cecil. yo asenti con mi sonrisa consternada y salimos antes que notaran nuestra ausencia.
"vea, no se preocupe. vamos a salir de aqui como sea". pero cecil era un optimista y yo no podia creer esas cosas. era cuestion de no darse el lujo. yo los podia engañar a todos quedandome sin hacer ruido. ahi callado como quien esta prestando atencion pero a la larga uno no presta nada. ni la atencion ni el cuerpo ni nada. ahi no habia nada que prestar porque ya nos habian robado todo.
"claro, usted siempre tan pesimista" decia cecil. "pero siempre hay esperanza, mire, si seguimos todo lo que nos dicen y esperamos...".
"siempre esperando!" decia yo. "lo unico que hay aqui es esperar y esperar. nos vamos a hacer viejos esperando." y cecil se quedaba callado y miraba al piso. el piso era un amigo para cecil. cuando no estaba animado le estaba hablando al piso. le decia: "piso, a vos te quiero con mis pies. a vos que me sostienes, piso pisito, sos lo unico que tengo, piso pisito porque no te mueves o cambias de colores. piso pisito". y una de las cosas que mas le gustaba hacer a cecil era caminar con un espejo debajo de la nariz. asi, decia: "el cielo es piso tambien y el piso es todo lo que me rodea". era muy raro, yo no podia entender muy bien que hacia cecil con el piso pero a veces yo tambien lo observaba. y eso parecia complacerlos. mirar el piso era lo que haciamos para esperar. habia muchos que ya lo habian notado, esperar. era lo unico que aprendiamos en el instituto. todo lo demas que de alguna manera tuviera importancia era solo para aprender a esperar.
habia solo maneras de esperar.
nos despertabamos cuando el sol no habia salido todavia y la mañana olia a nueva y yo se, yo se, que muchos de nosotros teniamos la esperanza de que ese dia se iba a acabar la espera. entonces entrabamos a los baños y esperabamos un poco a que el agua caliente saliera pero nunca era suficiente. simpre tenias que salir con la sensacion de que te habian congelado un poco, de que el agua se habia llevado un poco de ti por el desague gris. las baldosas seguian su diseño monotono como de boca perfecta de pared a pared, el suelo, el cieloraso. este era el unico suelo al que cecil no miraba. se bañaba con la mirada fija al frente y cerraba los ojos tanto como podia. a veces me decia que lo llevara de la mano aunque nos vieramos ridiculos y algunos de los otros nos dijeran que eramos novios.
"no importa" decia cecil "lleveme de la mano para no tener que ver esto. aqui me siento como si me estuvieran masticando."
"son novios! son novios! son novios!" decian en coros con sus voces chillonas y perdidas. yo seguia llevando de la mano a cecil porque yo sabia lo que se sentia sentirse masticado. y a veces el "son novios! son novios!" era como la lengua de esa boca perfecta de la mañana pero era una lengua adormecida. atontada por su propio dolor. yo intentaba echarles la mirada que decia: "asi son peores que ellos, no hagan parte del instituto. no le sigan el juego". pero claro, no servia de nada porque ya todos eramos parte del instituto. ellos ayudando a que todos quedaramos bien masticados y nosotros con nuestros intentos de salvarnos.
"camina, camina, cecil" yo le decia suavecito. y cecil sonreia un poco con tristeza y un poco con cariño como el sabia hacerlo cuando se estaba imaginando el piso del parque con sus retoñitos de pasto y hormigas extraviadas. ay, cecil, cecil, si eras como un arbol Grande entre todos esos enanos sombrios iluminados con luces fluorescentes.
despues del baño teniamos que entrar a clase. esa era la unica palabra. clase. todos quedabamos clasificados en recuadros diminutos y sin aire. el suelo de madera era gris. todo estaba cubierto con el polvillo fino de la tiza. y ellos se paraban en su pedestal al lado del tablero y repetian con su tono infalible. repetian. por horas haciamos ejercicios en la espera. el tedio gris gris llenaba las clases y hasta las sombras se difuminaban como si se hubieran cansado de esperar antes que nosotros. era el efecto secundario de las luces fluorescentes sobre las sombras. siempre prendidas, de dia y de noche. habia clases con relojes y sin relojes, para proporcionar la alternancia del tiempo. a veces estabas consciente a veces no. la mayoria de los relojes no tenian la manecilla de las horas. era apenas un paso circular. el paso del tiempo era constatado antes de ser medido. cecil miraba el piso cuanto podia y decia que ya podia sentirlo.
"si pones la atencion en los pies. con las palmas bien estiradas vas a empezar a percibirlo. el piso habla de fluidez y de ritmo..." no habia ritmo en nuestra espera, tampoco continuidad. con el tiempo nos haciamos mejores en esperar.
"que estamos esperando cecil?".
"esperamos que todo esto termine."
"cuando va a terminar todo esto?"
"no se. alguna vez me dijeron pero ya se me olvido."
"se va a terminar alguna vez?"
"si. va a terminar alguna vez." la voz de cecil se confundia con la de ellos. "sigue esperando. pronto va a terminar. muy pronto. pero mientrastanto hay que seguir esperando". en las clases ellos decian que habia que esperar sin perder la esperanza. como si todo dependiera de ello. un dia cecil y yo vimos que alguien se dio por vencido sobre uno de los pupitres y dejo de esperar. pero no lo hizo con rabia como casi siempre sucedia. era mas raro. mas profundo.
era comun ver a los que se alzaban de repente y gritaban, tomaban accion de cualquier manera. a veces empezaban a destruir el lugar de manera espectacular. lanzaban sillas a los muros y escupian. saltaban sobre las mesas y se arrancaban los cabellos. pero todo era demasiado violento, era como una ruptura en la linea de espera que luego la hacia mas fuerte. en esos momentos varios de Ellos entraban y agarraban al que estuviera gritando a la fuerza y todo recobraba el orden. este aparecia al dia siguiente como si nada hubiera sucedido. por uno o dos dias tenia una sonrisa idiota y cierta incapacidad para enfocar los ojos. en el instituto perder la paciencia era lo mas sencillo y ellos tenian decadas, tal vez siglos de experiencia controlandolo.
eran aquellos que habian encontrado algo mas los que eran extraños. era como si un dia hubieran muerto. mas de una vez pense que a cecil le habia pasado, pero el tenia los ojos y los pies en la tierra y eso lo mantenia a salvo.
"cecil, no me digas que la has encontrado"
"no" decia acomodando los pies.
los que habian encontrado la paciencia eran peligrosos. Ellos siempre estaban observando los sintomas. encontrar la paciencia era como encontrar el secreto de las sombras de las luces fluorescentes. si uno miraba el suelo con suficiente atencion hasta podia reconocer las sombras. pero la paciencia. la paciencia era otra cosa. era una cosa con curvas y con ritmo. era como la musica. la musica estaba prohibida en el instituto. lo unico que habia era un ruido sordo que uno no podia llamar silencio. sonaba como un murmullo de noche. en el instituto todos pensaban que estaban en silencio pero no era cierto. no habia ni como oir los pensamientos. era el ruido blanco y todo lo demas estaba pintado con grises. cuando lo pienso me doy cuenta que las memorias del instituto no tienen colores y siempre tienen ese ruido sordo como un televisor prendido en el ultimo cuarto del corredor. puras sombras con ojeras largas y ojos opacos que olian a formol.
"cecil, viejo, cuando salimos de esta clase."
"pronto. pronto. el piso me dice que ya falta poco". y era cierto. con el tiempo cecil aprendio a sentir el paso del tiempo con los pies pero sin encontrar la paciencia. ellos decian que si uno encontraba la paciencia estaba peor que muerto. ya no existia mas. a todos los que la habian encontrado no los volviamos a ver. desaparecian de un dia para otro y nadie los recordaba. un dia estaban y el otro no. no dejaban un vacio, ni una sombra. era como si algo hubiera cambiado en el ambiente y no se podia mencionar. no existia. no se podia decir en voz alta. se convertia como en una lejana sospecha aunque uno estuviera seguro.
entre un bloque de clases y otro habia una parte en que esperabamos la comida. era solo otra espera sin esperanza. cuando la comida llegaba habia que esperar a que se terminara porque era gris. siempre una papilla sin color servida en tazas de metal sin brillo. sabia a papel olvidado y habia que economizar el agua para hacer que bajara hasta el estomago. la comida siempre era larga porque solo podiamos salir del comedor cuando todos hubieran terminado. al principio habia un estruendo de cuacharas y platos porque todos querian terminar rapidamente, habia un entusiasme delirante. pero casi todos eramos vencidos por la cantidad. a mitad de tu tazon ya habias perdido el entusiasmo. el sabor te habia dejado plano. exhausto. solo quedaba un mastica traga mastica traga mastica traga que se prolongaba para siempre. cuando por fin el tazon se acababa todavia podias oir el clin, slurp, glup,clin slurp, glup, de los comensales atrasados. y Ellos siempre estaban alli para confirmar que todos absolutamente todos hubieran terminado. no habia otro remedio que esperar. al final no querias comer, y solo imaginar que ibas a tener hambre otra vez era insoportable.
el bloque de clases despues de la comida era aun mas pesado. teniamos que soportar horas interminables de instruccion hasta que llegaba la noche. esta vez era de pie y consistia en repetir complicados patrones de movimientos una y otra vez hasta que los hubieramos memorizado. entonces, teniamos que aprender una variacion, lentamente. nadie podia sonreir. todo era conducido con absoluta formalidad. ellos decian que los movimientos eran "buenos movimientos" porque te hacian bueno solo al practicarlos una y otra vez.
"seremos buenos al hacer los buenos movimientos" repetiamos.
"seremos buenos al hacer los buenos movimientos."
no habia duda. este bloque de clases terminaba horas despues de que habia caido el sol y entonces era el momento para dormir. a esa hora el instituto olia a sudor y todas las miradas estaban opacas.
"cecil. estas cansado?"
"quisiera morir de cansancio." y luego cecil susurraba: "piso pisito, piso pisito, piso pisito..."
"cecil, crees que algun dia vamos a salir de aqui"
"eso espero. piso pisito, piso... vamos a salir de aqui, de alguna manera."
"a mi me gustaria salir y no volver nunca jamas. no entiendo porque me trajeron aqui. cecil, tenemos que encontrar una manera, como vamos a escapar?"
"en las noches. cuando puedo poner las manos en el piso desde mi cama he sentido las lineas que lo sostienen."
"de que lineas hablas cecil. no hay lineas en el piso. todos aqui son planos. y los que son de madera ya estan cubiertos de polvo. las lineas estan llenas y ya no hay salida por ellas. yo tambien he visto."
"no, no entiendes" decia cecil "hay lineas que dejamos todos los dias. hay lineas mas antiguas. hay lineas que hablan de ritmo. hay una musica en el piso que se puede seguir, como un mapa. has visto las lineas de un mapa?"
"si. no tienen sentido, ni orden, ni ritmo."
"si tienen. solo hay que dejar que los pies se den cuenta, entonces hay que empezar a seguirlos. te voy a mostrar".
a la hora de dormir habia que esperar el aviso del sueño. no podiamos irnos a dormir sin el. nos sentabamos en la cama y teniamos que cubrirnos los pies con la sabana y esperar el tiempo caprichoso del aviso del sueño que era el toque de una campana de voz gruesa como un trueno con gripe. cuando sonaba podiamos acostarnos y empezar a dormir. ellos siempre estaban vigilando para que todos se acostaran en el momento indicado y luego esperaban hasta que todo estuviera en paz. esa noche cecil se levanto cuando ellos se habian retirado y fue hasta mi cama para mostrarme lo que podian hacer sus pies.
"tienes que seguir mis pies lentamente. todo lo que yo haga tu haces igual, siguiendo el mismo recorrido". me levante y me puse al lado de cecil. tenia los pies uno al lado del otro. yo puse las puntas de los mios tocando los talones de cecil.
"vamos a empezar con el izquierdo" sururro. cecil movio entonces su pie izquierdo hacia adelante lentamente y yo lo segui, luego el derecho. se detuvo. el izquierdo otra vez. se detuvo y volvimos a estar el la posicion en que habiamos empezado pero un paso mas adelante.
"entendiste?"
"si' respondi, aunque no estaba muy seguro.
cecil empezo a moverse despacio otra vez y me pidio que cerrara los ojos y lo siguiera sin importar que pasara. asi fue. deslizamos los pies una y otra vez por lo que parecio una eternidad. izquierdo, derecho, izquierdo, derecho. a veces cambiaba de direccion . a veces la textura del suelo cambiaba. yo segui a cecil hasta el ultimo momento. estaba como hipnotizado.
entramos a un cuartito que no puede reconocer y le pregunte a cecil:
"cecil, decime, que hay mas alla del instituto".
"un instituto mas grande" decia cecil mirando por un momento hacia adelante. el instituto era una carcel. sin duda. como y porque estabamos ahi eran preguntas ya sin sentido. el instituto era todo. las hojas caian por orden del instituto. las costillas se separaban para respirar por orden del instituto. la existencia calculada. absorbida. mas esperabamos y mas nos haciamos instituto. sudando con su mirada de pozo herido me dijo:
"las sombras. mira las sombras." estaba temblando.
"tranquilo cecil, tranquilo. que puede estar tan mal con las sombras", le dije sin mucha conviccion. cecil respiraba con su mirada verdeazulada de gato moribundo.
"tranquilo cecil. todo bien." le dije que cerrara los ojos y le agarre la mano como cuando entrabamos al baño. "cecil todo bien". cecil me agarro la mano y cerro los ojos y empezo a hablar entrecortado.
"las sombras son como nosotros".
"que van a tener de nosotros esos fantasmas difusos cecil". silencio. segundos mas tarde cecil empezo otra vez. mas calmado.
"no son las sombras exactamaente. ni son las luces fluorescentes. es que las sombras son la manera mas facil de darse cuenta." entonces cecil saco de su bolsillo una tiza que se habia robado y empezo a trazar las sombras en el suelo. yo seguia con la mirada. hacia curvas y lineas. y parecia seguir contornos imaginarios y en poco tiempo empezaron a aparecer. aqui un brazo, alla un mujslo. pie. pierna. ojos. cejas. y en poco tiempo habian cuerpos y el suelo parecia una transparencia de cuerpos y miradas vivas. todos vivos y al mismo tiempo entregados. cecil trazaba y trazaba como en un trance. ojos profundos y mas profundos. de las lineas del suelo paso a sus propias lineas. empezo a trazar sus propios pies. el dedo gordo. luego los demas en curvas rapidas precisas intrincadas. parecia que se estaba cosiendo al suelo. le dije:
"cecil. ya estuvo." y el seguia con el empeine...
"cecil! parale!" y cecil con su fluidez impenetrable. tuve que agarrarlo de los hombros hasta que me miro y por segundos, no no, por minutos, siglos tal vez, me perdi en la materialidad de sus ojos de abismo verde. cecil! casi me pierdo en tu bruma que olia a retina a nervio muerto. a ojos como mancha de lapiz en le papel mas blanco.
cecil empezo a trazar sus ojos con la tiza y cuando vi la linea blanca trazando el iris. cuando cecil se me hacia polbo gris entre las manos le dije:
"cecil cierra los ojos, no dejes que te mastique, agarrate de los dientes como un caramelo sin sabor" y cecil empezo a sudar otra vez y el polvo gris se convirtion en pantano y la piel en tierra fertil otra vez, humeda otra vez y me dijo temblando.
"casi la encuentro, todo paso muy rapido. la viste?"
"si, la vi. casi la encuentro yo tambien."
"gracias." dijo cecil. yo asenti con mi sonrisa consternada y salimos antes que notaran nuestra ausencia.
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